Elda Maganto

El 14 de marzo de 2020 se declaró en España el Estado de Alarma a causa del coronavirus. Ese mismo día mi marido comenzó a teletrabajar, mi hija dejó de ir a la guardería y yo cerré el estudio para poder hacerme cargo de ella. Desde entonces pasaron 43 días en los que Alba, un bebé de 14 meses que apenas comenzaba a andar sola, no pisó la calle y nosotros lo hicimos únicamente para ir al supermercado una vez a la semana.

43 días confinados en 50 metros, compartiendo espacios de trabajo, ocio y descanso. 43 días en los que, a pesar del caos, conseguimos estructurar los días y establecer rutinas para todos. 43 días en los que Alba (al igual que hicieron todos los niños) nos sorprendió con su increible capacidad de adaptación.

A partir del 26 de abril los niños pudieron salir un máximo de una hora al día a la calle, a pesar de que el Estado de Alarma aún duró hasta mitad de junio. Esos primeros días las calles volvieron a llenarse de risas, de bicis y patinetes. Algunos salían temerosos, otros desbordados por las ganas. Todos se encontraron con una primavera exuberante como nunca antes habíamos visto en esta ciudad.

Estas fotos son un regalo para Alba, un intento de construir la memoria familiar de unos días que seguramente no recordará en el futuro.